martes, 29 de abril de 2014

POR TI LATE MI CORAZÓN, SEÑOR

Hoy, en el día de mi nacimiento a la vida del momento presente, consciente de que el tiempo que me otorgue tu divina misericordia sólo puede ser empleado para tratar de fructificar los talentos y los dones que confiaste a mi persona hace ya tantos años, siento ahora que debo hacer un alto en el camino para reflexionar antes de dar nuevos pasos en la senda.


Medito en silencio sobre el pasado que resta atrás, pero que a su vez ha sido necesario para llegar aquí. Reconozco errores, flaquezas, esos momentos en que tuve dudas de tu benevolencia y me faltó valor para hablarte y confiar en ti. Tomo con el mayor recogimiento la vela de cera que recibí en la Vigilia de tu Pascua, la cuál prometí hacer brillar para mostrarte presente en mi vida; y siento la plenitud espiritual al encenderla de la Luz que permanece en la capilla de mis oraciones diarias.

Sé que tú lo sabes, pero también que quieres escucharme: 

"Por ti late mi corazón, Señor,
no importa la estación, ni el tiempo,
más allá de los problemas que conlleva el camino,
la oscuridad de lo desconocido - las sombras-,
cada presencia inesperada será un compañero de viaje.
Gracias por los más cercanos, los fieles,
por la Estancia y todo lo que en ella rebosa Belleza.
Porque en todo lo que acontece encuentro tu Amor."