MOMENTOS DE PLENITUD

Ni siquiera quien hace buenas obras durante todo el tiempo de su existencia tiene garantizada la salud del cuerpo y horas interminables de vida. Sólo Él sabe el momento del encuentro. Hagamos que la vida sea una eterna oración agradecida por cada oportunidad de amar que aparece en el instante más inesperado y a la vez por la libertad de aceptarla como un momento de plenitud.

GOTA A GOTA

Cada día, de forma impredecible, recibimos de modo gratuito bienes y dones que en ocasiones ni siquiera percibimos. Se trata de un tesoro a descubrir, a valorar y que, lejos de acumular, hay que saber administrar. Desarrollar una cultura del dar, consciente de que alguien anónimo espera ese gesto de generosidad de quien entrega, gota a gota, lo que ha recibido para ser instrumento de amor y así encontrar la realización de la propia vida.

LA BELLEZA DE VIVIR EL PRESENTE

No quiero preocuparme de cómo ha ido este periodo recién consumido; tampoco de qué me deparará esto que posiblemente llegue en pocas fechas. Sólo deseo reconocerme en este instante que es el presente y valorar que puedo vivirlo de modo personal con la intensidad que merece. La realización de ese reto permanente tiene un tesoro por descubrir: la alegría en forma de belleza natural como medio de relación en el día a día.

ALEGRÍA

Vivir con alegría. Generar lazos y relaciones tales que la lleven por bandera. La alegría contagia, sólo hay que colocarla donde pueda verse, sentirse, palparse. Brota del sentimiento sincero, se lleva bien con el abrazo, la mirada tierna, el detalle cordial. Ofrecida a los demás, la alegría se reproduce y crea estilo. Mucha, mucha alegría para vivir.