A veces me encuentro a mí mismo escribiendo solo sobre cómo me siento. En ocasiones veo semejanzas con personas de la vida cotidiana o también con personajes imaginarios que tienen su vida en la ficción. De pronto percibo como una infinita necesidad de expresar mi mundo interior de alguna manera; y hay partes de mí que se imponen y hacen fuerza para ser reveladas.
Más allá de la inocencia que cultivé en la niñez pero al tiempo con total sinceridad, esas interioridades toman forma expresándose a través de fotografías, escritos y poemas. Entonces trato de sacar de mí todo lo bueno, todo ese mundo que llevo dentro....y entiendo que hay más gente que también quiere hacerlo desde todos los tiempos, desde todos los puntos de este bendito planeta; que quiere expresarse, buscando a diario la forma y el lugar oportuno de modo sano, es decir, sinceramente abierto.
Tomamos referencias de los conocidos universalmente, aunque nos sentimos anónimos y también felices de haber logrado hacer brotar un mundo interior que pedía a gritos ser manifestado.
En momentos como éste que aquí reflejo, tú -que ahora lees mis palabras- eres la fuente de inspiración necesaria que origina cosas positivas en personas como yo: y fluye para mí la auténtica vida en un mundo con demasiado odio y despiadada competencia, cuando el mayor tesoro del ser humano es descubrir personalmente que la existencia es un regalo de Dios.
Más allá de la inocencia que cultivé en la niñez pero al tiempo con total sinceridad, esas interioridades toman forma expresándose a través de fotografías, escritos y poemas. Entonces trato de sacar de mí todo lo bueno, todo ese mundo que llevo dentro....y entiendo que hay más gente que también quiere hacerlo desde todos los tiempos, desde todos los puntos de este bendito planeta; que quiere expresarse, buscando a diario la forma y el lugar oportuno de modo sano, es decir, sinceramente abierto.
Tomamos referencias de los conocidos universalmente, aunque nos sentimos anónimos y también felices de haber logrado hacer brotar un mundo interior que pedía a gritos ser manifestado.
En momentos como éste que aquí reflejo, tú -que ahora lees mis palabras- eres la fuente de inspiración necesaria que origina cosas positivas en personas como yo: y fluye para mí la auténtica vida en un mundo con demasiado odio y despiadada competencia, cuando el mayor tesoro del ser humano es descubrir personalmente que la existencia es un regalo de Dios.
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