domingo, 25 de noviembre de 2012

MANIFESTANDO MI MUNDO INTERIOR 5.- SER TAMBIÉN PADRE

Han pasado 24 años desde que me sentí depositario compartido de un presente excepcional: fui padre de una preciosa niña. Durante el embarazo mi esposa y yo la llamamos "regalo de Dios". Pasado el tiempo, ella y su hermana pequeña - con un espacio de siete años - siguen siendo la certeza de que Él confía en nuestra libertad para amar según su modelo. Al fin y al cabo son suyas, como nosotros, creados todos a su imagen y semejanza. Gracias, Padre, por todo y por siempre.

1 comentario:

  1. Hola Manolo, me gusta mucho esta reflexión sobre los hijos como "regalos de Dios". Un abrazo y a seguir con la misión. Quique y Carmen

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