Según mi experiencia personal, la Vigilia Pascual tiene la capacidad de cerrar una etapa de la vida para dar paso a lo que puede llamarse "el comienzo del presente". ¡ Ha resucitado, doy fe ! La renovación del Credo y la renuncia a la tentación del Mal son la piedra angular del nuevo periodo. CRISTO VIVE más allá del sentido "Abandono de Dios" en la Cruz de nuestros pecados y el Espíritu entregado con la mirada en lo eterno es para nuestro Salvador la gloria de la Resurrección por la gracia divina. ¿Cómo no estar gozosos si la Luz brilla como nunca antes?
Ahí está el Papa Francisco para orientar el camino: rezad unos por los otros con la fraternidad como base. Que cada día seamos capaces de crecer en la unidad, purificando la memoria, reinventando la relaciones deterioradas, abandonando los odios, avivando la Fe, compartiendo la vida.
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