sábado, 21 de diciembre de 2013

COMO UNA HOJA SOLITARIA: RELATO DE TU PRESENCIA

Y así, de improviso, me vi inmerso en la soledad más tenebrosa, abocado al vacío de la incompresión, la desidia y el tedio que -poco a poco pero sin cesar- iban consumiendo mi autoestima. Pasaban los días y notaba que el cariz de mi situación personal no tenía buen aspecto; para ser sincero confesaré que el miedo iba apoderándose de significativas porciones de mi corazón y, por momentos, veía el presente y aún más el futuro realmente peor que negro.

Resulta confuso poder relatar las circunstancias de la vida cotidiana que llevaron a esta encrucijada vital que casi acaba conmigo: un abandono familiar sin explicación lógica, porque todos estaban presentes pero ignorando lo más básico de mi personalidad; tanto tiempo de entrega laboral para finiquitar el adiós a una etapa importante con silencio y dejando la economía propia en entredicho; una mirada sincera al espejo de la existencia resultaba concluyente en el peor sentido por un mal aspecto físico, la soledad no buscada y esa ausencia constatada del cariño tanto tiempo anhelado...un panorama incierto, mucho más que dudas, abocado a pasos ya cerca del vacío sin retorno.


No consigo explicar qué motivó a mi mente realizar -como en tiempos antaños- un ejercicio de sutil imaginación para mostrarme, en una fracción de segundo, mi lamentable estado pero del modo más bello: como si yo fuera esa hoja amarillenta y solitaria de la última rama aún con savia en el árbol que me vio nacer, así en el instante que comienza a notar que pierde su cuerpo y se encamina a ser una víctima del invierno de la vida que la naturaleza hace propio llegado el momento.

Y de improviso entraste en mi vida: sin llamar la atención, con la cautela de quien no desea importunar, respetando el trance que sólo permitía la opción personal. Todo un misterio interpretar por qué la oscuridad se tornó claridad y cercanía, cómo el tiempo se detuvo de forma indefinida y mis entrañas captaron un mensaje inesperado que lo cambió todo.

Me dijiste cuánto me amabas, lo que estabas dispuesto a entregar por mis errores, ausencias y faltas de Amor presentes y futuras. Comparaste la felicidad que yo ansiaba desde niño con la que lograría deseando que otros la conquistaran por mis obras. Dejaste claro que me acompañarías siempre, sin forzarme a decir "sí" a propuestas bondadosas que no sintiera como propias, pero a la vez atento a esos momentos de la existencia cuando lo ves todo tan claro y no sabes de dónde viene la inspiración. Enseñaste a mi corazón que la ruta tiene etapas y que es usual que el aspecto externo cambie con los años, si bien sólo importa lo esencial del ser que, además, es invisible a los ojos. En un primer momento me inquietó que no desvelaras el tiempo de mis días, pero confieso que esa gran duda ahora ya carece de valor: caminar sabiendo que estás a mi lado, día y noche, por los años de mi historia resulta la certeza de saberme amado y suscita en mí el deseo de compartir esa alegría que ha hecho renacer los valores positivos como fundamento en el presente.

Ahora que transito con un nuevo empuje, motivado por ese afán de corresponderte, no dudo que te fallaré tantas veces; pero tengo el consuelo de que -si me alejo de tu Amor- tus brazos jamás dejarán de esperar mi retorno como hijo pródigo.Y qué decirte de ese ángel que vela por mí, noche y día. ¿Sabes? ¡ Valoro tanto sentirme amado personalmente !

1 comentario:

  1. "El Señor hizo milagros en mi favor,
    y me escuchará cuando lo invoque.
    ...ofreced sacrificios legítimos
    y confiad en el Señor.
    Tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
    que si abundara en trigo y en vino.
    En paz me acuesto y en seguida me duermo,
    porque tú solo, Señor, me haces vivir tranquilo.
    Puedo acostarme y dormir y despertar:
    el Señor me sostiene." Sal 4

    ResponderEliminar