martes, 19 de noviembre de 2013

BALADA DE AMOR PARA UNA ESTACIÓN SIN NOSTALGIA DE TIEMPOS MEJORES

No fue una parada más en el paseo reflexivo que cada cierto tiempo tengo el hábito de realizar. Era una tarde gris, sin mayor entusiasmo, en el primer tercio del otoño que corresponde a este año presente. Te encontré de improviso y quise hablarte como quien se dirige a alguien que no le es ajeno: tu tronco vivo y bien plantado, tu copa casi tocando el firmamento, con las hojas abiertas al mundo como para acoger a cualquier prójimo con tu buena voluntad como sello de identidad.

 Y así, con la sensación de que nos conocíamos desde siempre, empecé a contarte cómo ha ido en este último tiempo: mis dudas apenas resueltas sobre los tiempos que corren , las incertidumbres de cada día y los proyectos inacabados; también te hablé sobre el júbilo experimentado, apenas ayer, por una buena nota inesperada en el examen de actitud positiva ante las dificultades, o la decisión de mejorar de aspecto y de espíritu que ya va tomando forma.

Sentí que me escuchabas con respeto y cariño, como si fuera importante para ti mostrar aprecio por mis pasos cotidianos. Entonces te abracé con todas mis fuerzas, acaricié tu tronco, golpeé tus ramas varias veces con la delicadeza que se reserva a un ser querido; y sentí con asombro que era correspondido en rebosante sintonía. Noté en mí mismo un sabor a nuevo, a presente con ganas de vivir, un renovado optimismo surgido de mi interior en pleno contacto contigo. Se abrió el horizonte con una luz atrayente que sugería dar pasos firmes en esa dirección.

Agradecido por una experiencia vital fuera de lo común, te dediqué una última mirada para conservarla en este nuevo periodo. Sentí que me acariciaba una suave brisa mientras comenzaba a llover y mis lentes dejaron posarse pequeñas gotas que me acompañaron un trecho de la senda, al tiempo que mis ojos mostraban con tenues lágrimas el sentir de mi corazón . Sin apenas darme tiempo a reflexionar cayó la tarde y llegaron esas primeras sombras tempranas pero tan comunes en este momento del año.Y así, sin mirar atrás, caí en la cuenta de estaba tan solo como en el inicio de mi trayecto si bien mucho más sosegado, con una mirada serena ante los retos de la existencia que seguían constantes en cada nueva pisada hacia el horizonte trascendente.

Así se correponde con mi nueva realidad después de hacer balance de la etapa, de aceptarme y apreciarme como soy, de abrazarme con respeto y cariño, de sentir que en lo más profundo de mi ser hay un aliento que me empuja a dar pasos sin la nostalgia de tiempos mejores que sólo son experiencias a valorar del pasado. Todo ello para vivir el hoy con la ingenuidad de quien se siente profundamente amado y quiere compartir esa maravillosa certeza.

1 comentario:

  1. "Tú que habitas al Amparo del Altísimo,
    que vives a la sombra del Omnipotente,
    di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,
    Dios mío, confío en Ti".

    El te librará de la red del cazador,
    de la peste funesta.
    Te cubrirá con sus plumas,
    bajo sus alas te refugiarás:
    Su brazo es escudo y armadura."
    Sal 90

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