TODO PASO TIENE UN COMPROMISO

Hay instantes en la vida que podemos denominar como decisivos. Tomar un rumbo u otro tiene consecuencias imprevisibles, pero la libertad del ser humano le permite optar en cada momento desde su experiencia y las expectativas de su horizonte vital.

Todo paso personal tiene un compromiso, pero en ocasiones la vida ofrece una puerta inesperada para cambiar una actitud confusa e inestable: cruzar más allá supone abandonarse en una mirada hacia lo eterno y dejarse sorprender por el designio divino. Al fin y al cabo, antes o después descubrimos para lo que hemos nacido.

LO QUE RESTA ES EL PRESENTE

He paseado decenas de veces durante muchos años por ese pueblo que conozco y estimo, a cuya calle más conocida caracteriza una acequia que delimita las casas de una parte, ésas que en vez de acera tienen pequeños puentes para acceder a las viviendas.

Con el tiempo algunas de ellas han de dejado de ser habitables, incluso han perdido el edificio que en su tiempo cobijó un hogar anónimo: relaciones personales, momentos entrañables...

Llego a la conclusión de que en la vida lo que resta es el presente, porque el pasado queda en la experiencia y el futuro está por llegar. Cimentar la senda en el hoy de Dios garantiza una perspectiva adecuada que no ensombrece el recuerdo del tiempo vivido ni la preocupación por saber afrontar lo que vendrá.

Creo que la vida no consiste en subir deprisa una larga escalera; tal lo propio sea consolidar cada escalón -con paso firme- hasta descubrir y abordar el último peldaño que precederá a una Estancia sagrada que te espera personalmente desde siempre.

UN CORAZÓN CON FORMA DE JARDÍN

Leyendo con atención las reflexiones sobre el corazón humano escritas por una persona comprometida con el Evangelio, me aventuro a expresarlas en voz alta para tratar de hacerlas parte de mi senda.

"Que nuestro rostro refleje lo que nuestro corazón atesora" 

Viene a mi mente la parábola del tesoro escondido cuyo descubrimiento en la vida de cada uno es un acontecimiento. Los pasos siguientes marcarán el rumbo de cada aventura personal.

"Ese jardín que un día nos fue entregado graciosamente, hemos de trabajarlo con humildad y valientía..."

Con los dones que el Espíritu derrama sobre ese campo sagrado que personaliza nuestra existencia podemos desarrollar el itinerario por nuestro tiempo definido. Al final del camino quedará la consecuencia de nuestra libertad sobre la práctica en el Amor.

"Por sus frutos los conoceréis"

La puerta del jardín tiene el cerrojo en el interior y sólo se abre con la propia voluntad. Es una decisión personal guardar los talentos bajo tierra y esperar a que se consuma la vida mundana; tal vez la opción de desde la fe sea más arriesgada, pero hay experiencias desde la Palabra que auguran horizontes floridos.



Para enriquecer esa aportación personal, mi referente en esta entrada
menciona la Regla de San Benito con esta cita que es un programa
de Vida:






 "Si quieres gozar de una vida verdadera y perpetua, ´guarda tu lengua del mal; tus labios de la falsedad; obra el bien, busca la paz y corre tras ella´ ".

A LA LUZ DE LA PALABRA

Hoy parto a otras tierras por un cierto periodo; voy con mi familia y me esperan seres queridos. No quiero mirar lo que dejo en mi entorno cotidiano porque no me marcho del todo. En realidad no habrá ausencia por no estar presente en mi barrio, mi espacio laboral ni las personas que aprecio.

He logrado comprometerme, tras experiencias y sinsabores que ya no recuerdo, en vivir relaciones personales auténticas. No importa el pasado ni el tiempo que perdí, no hay nombres ni etapas que maldecir: solo vivo el presente con sus afanes y la certeza de que la Providencia pondrá en mi camino seres humanos a quien amar, conciencia de ser amado y gratitud en mi corazón para devolver con creces lo mucho percibido.
Sea mi oración el lazo que mi alma  logre experimentar a quien me sienta en su camino. Y así, a la luz de la Palabra, será descanso y crecimiento espiritual este tiempo de retiro.

POR TI MIRARÉ LAS FLORES

Elevando mis ojos al cielo te he pedido orientación para mis dudas.
He sentido que debía recogerme en el silencio y todo se ha detenido:
la jornada como tal, el tiempo en el reloj
de los compromisos y programas del quehacer diario,
la tecnología a mi alcance sin cobertura real.

Has aparecido en el paseo de un jardín anónimo de las afueras
de ese mundo que no permite respirar con pureza.
Te he reconocido en la caricia del padre a su hija en el parque,
los ancianos cogidos de la mano sin las prisas de antaño,
varios pequeños columpiando sus ilusiones desde la infancia;
también en la pareja que junto a la cascada sin agua
compartía su presente común prometiendo fidelidad.



Perdida mi soledad al cobijo de árboles y plantas
que mostraban a mi paso un paraje de ensueño,
desde mi vacío personal me has hablado al corazón,
lágrimas de alivio al sentirte cerca sin merecerlo.

Sediento de tu Palabra que siempre ha estado a mi alcance,
tomaré la Luz como guía inimitable en esta senda sin retorno
cuyos pasos serán propuestas de Vida.
Por ti cambiaré rutinas y actividades que cercenan
horizontes y esperanzas de una existencia activa.
Por ti miraré las flores, por mí motivaré tu alegría.

 

SEÑALES CON SENTIDO

Acontece sin previo aviso y se presenta como un instante singular, diferenciado de otros de diverso signo, ante cualquier ser humano que vive su existencia cotidiana . Podemos denominar a esta circunstancia "señales con sentido".

Entonces el corazón se dilata y la persona que camina con buena voluntad y valores positivos como proyecto vida siente la certeza de que tiene ante sí el reto de crecer en la fraternidad.

Alguien cercano precisa de su particular apoyo porque la circunstancia imprevista lo requiere: dolor, tristeza, conflicto, injusticia, temor... Hay gran confusión en lo que en ese momento sucede y todo apunta a que -en breve- será complicado ir a mejor.

Darle sentido a esa señal que sólo percibe la persona que está dispuesta a entregar lo mejor de sí, gratuito y sin desvelos; reconocerse instrumento del Amor y presagiar que la recompensa será alegría y paz interior, convierte ese sorprendente desafío en la culminación de una buena obra que sorprende al prójimo y en la cual reconocerá mucho más que amor humano.

SANTUARIO DEL PRESENTE

Quiero habitar en un lugar donde sólo exista el presente. Cada jornada me siento fascinado por los detalles que descubro en el entorno, esos que ayudan a crecer en optimismo porque generan valores positivos. Lamento observar que no todo es así, incluso en tantas ocasiones el porcentaje negativo distorsiona el horizonte más querido.

Vivo consciente de que tengo que conocerme más, despojarme de las miserias que llenan mi alforja tras etapas con pasos sin rumbo; descubrir ese espacio interior donde reside la propia conciencia y -desde ese equilibrio entre pasado y futuro- poder entrar en la paz de Dios que habita entre mí, en nosotros.

Mi fortuna será el designio que sella mi alma sedienta de Belleza. Y, porque en todo lo que me acontece encuentro tu Amor, cada fruto de mi vocación eterna quedará depositado en el Santuario donde talentos y dones permanecen desde siempre para ser consumados con la gratuidad de tu presencia en la Humanidad.

GOTAS DE CIELO PARA DOS O MÁS

Así era su vida. Una vez de improviso se estancó porque sintió que todo era negativo: cada mañana tenía su pesar, la jornada pasaba sin contenido y sentía llegar el atardecer con el temor de no poder entregar satisfacción alguna a su currículum de vida. Refugio en las amistades, desidia en el trabajo hasta que lo perdió, consuelo en los aparatos digitales que dominaban el ritmo de sus pasos...adiós a la inspiración de un ser humano creativo, perdido el hábito por la oración que templaba su alma otrora ávida de plenitud trascendente.

Fue un periodo sin medición de tiempo, la oscura etapa que precede al revivir de un corazón bueno. No hay constancia de cómo sucedió, pero al inicio de un día cualquiera abrió los ojos y contempló con incredulidad que, entre las hojas de vida que el otoño de ayer había dado por perdidas, reverdecía la suya junto a otra similar y tal vez con un proceso parecido. Incluso tuvo la visión de que con el tiempo podría ver de frente el proyecto, basado en lo esencial de la existencia, mejorando con creces su aspecto, tono y color, siempre acompañado con unos misteriosas gotas careterísticas en su retorno positivo al camino iniciado desde el seno materno hace ya unas décadas y varios años más.

Cuenta la historia de su aventura aún vigente que una tarde, observando un cielo de ensueño, pudo recordar sus pensamientos positivos de la lejana infancia al contemplar una bellísima composición de nubes. Entonces recordó las gotas de aquellas hojas revividas al unísono y a través de ellas la claridad  antes perdida.
           

                          
 Concluyó que en adelante su itinerario sería crecer en la unidad -dos o más-, en lo cotidiano, valorando lo que aconteciera en su día a día como el mayor don recibido por ser ese momento el presente de su existencia, la ocasión ideal para hacer el bien. Tornó a ser vital en él la plegaria, momentos de sosiego y recogimiento para valorar cada paso por dar; las dificultades y los contratiempos no lograron quitarle la paz que su corazón resguardaba...y a fecha de hoy vive convencido de que en su viaje hacia lo eterno
- siempre acompañado desde entonces - es posible encontrar la armonía.

NO HAY OSCURIDAD SIN ESPERANZA

Más allá de la oscuridad hay una esperanza que da paso a la luz del presente donde atisbar el camino correcto. No hay problema sin solución, ni duda ausente de certeza tras una reflexión meditada en unidad. La actitud negativa por una experiencia de vida lacerante solamente concluye con una mirada positiva más allá del dolor personal, asumiendo nuevos pasos desde la óptica del Amor gratuito que llega inesperado tras el sí personal a la Fe.